Por qué colaboramos con Fundació Bomosa
10/02/2020
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El pasado sábado, 1 de febrero, celebramos nuestra tercera edición de “Yoga Kids Solidario”, con la colaboración de Lolë Andorra, en el Hotel Tulip Inn Andorra Delfos 4*. De nuevo, la sesión tuvo un fin solidario: conseguir fondos para la Fundació Bomosa. En concreto, para su proyecto “Jove voluntariat lector”.
Para conocer más en profundidad en qué consiste este programa, entrevistamos a Sali Carballo. Ella es profesora de Lengua y Literatura de Bachillerato en el colegio Agora International Andorra y la presidenta de “Jove voluntariat Lector”, asociación que está inscrita al Govern d’Andorra desde hace ocho años.
¿En qué consiste el programa “Jove voluntariat lector” de la Fundació Bomosa?
El proyecto consiste en poner las palabras, la literatura y las historias, al servicio de los demás. Se trata de que los estudiantes incorporen la solidaridad como parte integrante de sus vidas y que tomen contacto con la realidad que los envuelve (sobre todo, con aquellos sectores sociales más olvidados). Nuestro lema es “Leer es escuchar y escuchar es acompañar”. Participamos en el proyecto los tres sistemas educativos de Andorra a través de cinco escuelas: el colegio Agora International Andorra, el Instituto Andorrà de Batxillerat, la escuela andorrana de Encamp, el Lycée Compte de Foix y el colegio español María Moliner
¿Cuándo tiene lugar la actividad?
Fuera de horario escolar: los viernes a partir de las 17.30, en residencias de ancianos (El Cedre y Clara Rabassa). A veces, colaboramos con bibliotecas, haciendo lecturas a niños pequeños (biblioteca Prada Cassadets) y, en su momento, colaboramos también con el CAI de Andorra.
¿Qué edad tienen los alumnos?
La edad de los alumnos va desde los 14 hasta los 18 años. Aunque desde el curso pasado, hemos ampliado el programa a chicos menores de 14 años que van un viernes al mes a casas de jubilados (por ejemplo, a la de Escaldes). “Gracias a estos dos programas, la Asociación llega a ochenta personas mayores en residencias y a unas quince más en bibliotecas”
¿Qué es lo que más valoran los niños voluntarios de esta actividad?
Principalmente, valoran la gratitud de la gente mayor a la que se dirigen. También la práctica que adquieren de lectura en voz alta delante de un público (muchos de ellos son capaces de superar sus miedos a hablar o leer en voz alta). Y, entre otras muchas cosas, aprecian la relación que se establece entre estudiantes de distintos sistemas educativos y lenguas. Es una manera de romper tópicos e ideas preconcebidas sobre los diferentes sistemas educativos y estudiantes que hay en Andorra
¿Cómo beneficia esta actividad a las personas mayores?
Los beneficia en muchos aspectos. Es evidente que un grupo de jóvenes llena de vitalidad y alegría cualquier espacio. Más aún, en los salones de las residencias que, desgraciadamente, reciben pocas visitas. Añadamos a esto las lecturas que los chicos mismos eligen y que comparten con todos. Suelen ser lecturas cortas de poesía, cuentos o pequeñas narraciones que despiertan en los mayores un gran interés y una enorme curiosidad. Durante la sesión de lectura, además, se produce una gran interacción, ya que muchos de los residentes también colaboran con algunas lecturas que quieren compartir con los jóvenes. “No solamente leen, los jóvenes también cantan, bailan, tocan instrumentos o hacen algunas escenas de teatro”
¿Cuántos años lleva con este proyecto?
Llevamos ocho cursos y hemos podido vivir anécdotas maravillosas. Una de las más entrañables ocurrió con la señora Fanny, residente del Cedre y maestra en su juventud. Ella escribía poemas y pequeñas historias y les pidió a los chicos que se las leyeran, ya que ella había perdido prácticamente la visión. Según la señora Fanny, los chicos desempolvaban los recuerdos de cuando ella era maestra y le hacían revivir sus mejores tiempos.
Según las cuidadoras de las residencias, muchos de los mayores esperan a los chicos con mucha ilusión. Entre ellos se establecen lazos casi de abuelos-nietos, al menos, por unos instantes.
¿Desde cuándo han ampliado esta actividad a niños pequeños?
Hemos ampliado la actividad a los más pequeños desde el curso pasado. De momento, tenemos un grupo de once chicos. Estamos haciendo este proyecto piloto en el colegio Agora International Andorra, del que también proceden algunos voluntarios mayores. Pero ya estamos estudiando la posibilidad de ampliarlo a otros centros.
¿Qué supone para vosotros que empresas privadas como Daguisa Hotels y Lolë Andorra colaboren con este programa?
Para nosotros supone un reconocimiento al esfuerzo que hay detrás de este proyecto. También los profesores voluntarios que hacen una labor imprescindible y sin los cuales no llevaríamos ocho cursos. No solamente dedican su tiempo libre de los viernes a acompañar a los chicos, sino que durante la semana se dedican a elaborar la lista de los voluntarios de los viernes y tratan de ayudar a los alumnos a elegir las lecturas.
En definitiva, siempre es motivante que se reconozca el trabajo altruista que hay detrás de alumnos y de profesores.
Responsable de Marketing & E-commerce de Daguisa Hotels
Para conocer más en profundidad en qué consiste este programa, entrevistamos a Sali Carballo. Ella es profesora de Lengua y Literatura de Bachillerato en el colegio Agora International Andorra y la presidenta de “Jove voluntariat Lector”, asociación que está inscrita al Govern d’Andorra desde hace ocho años.
¿En qué consiste el programa “Jove voluntariat lector” de la Fundació Bomosa?
El proyecto consiste en poner las palabras, la literatura y las historias, al servicio de los demás. Se trata de que los estudiantes incorporen la solidaridad como parte integrante de sus vidas y que tomen contacto con la realidad que los envuelve (sobre todo, con aquellos sectores sociales más olvidados). Nuestro lema es “Leer es escuchar y escuchar es acompañar”. Participamos en el proyecto los tres sistemas educativos de Andorra a través de cinco escuelas: el colegio Agora International Andorra, el Instituto Andorrà de Batxillerat, la escuela andorrana de Encamp, el Lycée Compte de Foix y el colegio español María Moliner
¿Cuándo tiene lugar la actividad?
Fuera de horario escolar: los viernes a partir de las 17.30, en residencias de ancianos (El Cedre y Clara Rabassa). A veces, colaboramos con bibliotecas, haciendo lecturas a niños pequeños (biblioteca Prada Cassadets) y, en su momento, colaboramos también con el CAI de Andorra.
¿Qué edad tienen los alumnos?
La edad de los alumnos va desde los 14 hasta los 18 años. Aunque desde el curso pasado, hemos ampliado el programa a chicos menores de 14 años que van un viernes al mes a casas de jubilados (por ejemplo, a la de Escaldes). “Gracias a estos dos programas, la Asociación llega a ochenta personas mayores en residencias y a unas quince más en bibliotecas”
¿Qué es lo que más valoran los niños voluntarios de esta actividad?
Principalmente, valoran la gratitud de la gente mayor a la que se dirigen. También la práctica que adquieren de lectura en voz alta delante de un público (muchos de ellos son capaces de superar sus miedos a hablar o leer en voz alta). Y, entre otras muchas cosas, aprecian la relación que se establece entre estudiantes de distintos sistemas educativos y lenguas. Es una manera de romper tópicos e ideas preconcebidas sobre los diferentes sistemas educativos y estudiantes que hay en Andorra
¿Cómo beneficia esta actividad a las personas mayores?
Los beneficia en muchos aspectos. Es evidente que un grupo de jóvenes llena de vitalidad y alegría cualquier espacio. Más aún, en los salones de las residencias que, desgraciadamente, reciben pocas visitas. Añadamos a esto las lecturas que los chicos mismos eligen y que comparten con todos. Suelen ser lecturas cortas de poesía, cuentos o pequeñas narraciones que despiertan en los mayores un gran interés y una enorme curiosidad. Durante la sesión de lectura, además, se produce una gran interacción, ya que muchos de los residentes también colaboran con algunas lecturas que quieren compartir con los jóvenes. “No solamente leen, los jóvenes también cantan, bailan, tocan instrumentos o hacen algunas escenas de teatro”
¿Cuántos años lleva con este proyecto?
Llevamos ocho cursos y hemos podido vivir anécdotas maravillosas. Una de las más entrañables ocurrió con la señora Fanny, residente del Cedre y maestra en su juventud. Ella escribía poemas y pequeñas historias y les pidió a los chicos que se las leyeran, ya que ella había perdido prácticamente la visión. Según la señora Fanny, los chicos desempolvaban los recuerdos de cuando ella era maestra y le hacían revivir sus mejores tiempos.
Según las cuidadoras de las residencias, muchos de los mayores esperan a los chicos con mucha ilusión. Entre ellos se establecen lazos casi de abuelos-nietos, al menos, por unos instantes.
¿Desde cuándo han ampliado esta actividad a niños pequeños?
Hemos ampliado la actividad a los más pequeños desde el curso pasado. De momento, tenemos un grupo de once chicos. Estamos haciendo este proyecto piloto en el colegio Agora International Andorra, del que también proceden algunos voluntarios mayores. Pero ya estamos estudiando la posibilidad de ampliarlo a otros centros.
¿Qué supone para vosotros que empresas privadas como Daguisa Hotels y Lolë Andorra colaboren con este programa?
Para nosotros supone un reconocimiento al esfuerzo que hay detrás de este proyecto. También los profesores voluntarios que hacen una labor imprescindible y sin los cuales no llevaríamos ocho cursos. No solamente dedican su tiempo libre de los viernes a acompañar a los chicos, sino que durante la semana se dedican a elaborar la lista de los voluntarios de los viernes y tratan de ayudar a los alumnos a elegir las lecturas.
En definitiva, siempre es motivante que se reconozca el trabajo altruista que hay detrás de alumnos y de profesores.
Responsable de Marketing & E-commerce de Daguisa Hotels